El objetivo de trabajo diario que seguimos en ASPACE SALAMANCA parte del derecho a la inclusión en la comunidad, aspecto básico para garantizar la calidad de vida de todas las personas con parálisis cerebral. En el artículo 29 de la Convención de Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad se regula el derecho de estas a tener participación en la vida política y pública.

Aunque el colectivo de personas con el que trabajamos en la entidad es muy variado, a la hora de realizar los diseños del programa de actividades, todos tienen como centro de interés común la presencia y participación en la comunidad.

A continuación, vamos a desarrollar como es el proceso de planificación de una actividad de participación en la comunidad, una de las maneras en las que trabajamos el empoderamiento y la autodeterminación con el colectivo.

  1. El profesional recibe la sugerencia por parte del usuario/a “…me apetece ir a comer sepia…”, “…quiero ir al cine”, “…quiero ir a tomar un pincho…”, “…me apetece ir al teatro…”…etc.
  2. Desde la organización del centro se valora la viabilidad de la actividad.
  3. Se propone al resto de usuarios/as el plan a llevar a cabo y así formar un grupo determinado.
  4. Con el usuario/a impulsor, planificamos la actividad. Mientras el profesional valorará las necesidades específicas de las personas que van a asistir, pueden ser: anticipaciones ante posibles problemas de conducta, facilidades de accesibilidad cognitiva para aquellos sin lectoescritura o con dificultades de comprensión, espacios adaptados para personas con movilidad reducida, menús específicos con texturas adaptadas, intolerancias alimenticias, Dadas las grandes necesidades de apoyo y la vulnerabilidad de muchos de ellos, es preciso seguir las medidas, los protocolos de seguridad y contar con una ratio adecuada de atención (muchas veces un profesional para cada usuario) con el fin  de desarrollar la actividad de forma segura.
  5. La selección del posible espacio para la participación está condicionada por aspectos como: barreras arquitectónicas de los espacios públicos y privados, multitud de locales sin accesibilidad, accesibilidad cognitiva. Todo ello condiciona gravemente la participación en igualdad de condiciones.

Es precisamente está falta de concienciación y de recursos lo que demuestra la necesidad y apoyo constante a la participación, dando visibilidad y proporcionando calidad de vida a las personas con parálisis cerebral.

 

  

Con todas estas actividades damos la oportunidad de ejercer sus derechos a participar en la sociedad, a tomar sus propias decisiones, a conseguir sus metas y sueños, a disfrutar plenamente de su vida. Además, este tipo de actividades aportan un beneficio terapéutico, el cual engloba el bienestar emocional y físico de la persona. También contribuimos socialmente a tomar conciencia  de la diversidad de ciudadanos y del trabajo que queda por hacer para garantizar una plena inclusión.