Consideramos importante en la vida del colegio pequeñas acciones, que hemos ido desarrollando e instaurando a lo largo de los años dentro de nuestra rutina diaria y que entendemos como buenas prácticas porque cumplen nuestro objetivo principal de mejorar la calidad de vida de nuestros alumnos, potenciando sus capacidades, habilidades y su desarrollo integral.

  • Los registros de medicación, incidencias, crisis,… permitiéndonos hacer un seguimiento y valoración continua de los mismos.

  • Los cuadernos personales de cada alumno, que llevan y traen de casa al centro y viceversa, como medio de comunicación fluido y favorecedor de la relación familia–escuela.

  • Alimentación variada e individualizada, adaptada a las características de los alumnos: dieta para estreñimiento, hipocalóricas, intolerancias alimenticias, alergias,…

  • Programas de hidratación e higiene bucal.

  • Transporte propio adaptado con profesionales del centro como acompañantes del mismo.

  • Adaptaciones materiales que satisfacen las necesidades educativas especiales (NEE) de nuestros alumnos, sobre todo de acceso al currículo y cumplimiento del mismo. Ampliando en la mayoría de los casos su nivel de participación y acción.

  • Actividades conjuntas entre etapas educativas.

  • Talleres de trabajo rotativos que permiten trabajar con otros iguales diferentes a los del grupo-aula y con otros profesionales distintos a la figura del maestro-tutor.

  • Actividades de anticipación a las actividades que se van a desarrollar.

  • Programas de paseo.

  • Programas de modificación de conducta.

  • Valoraciones interdisciplinares.

  • Programas de escolarización combinada.

  • Colaboración con otras instituciones.

  • Procesos de decisión y valoración con otros profesionales fundamentalmente del área sanitaria.