Aunque la principal característica de la PC es la afectación motora, el daño cerebral compromete el desarrollo de la persona de manera global, y por tanto, va a requerir una atención integral y multidisciplinar en todas las áreas de desarrollo con el fin de mejorar su calidad de vida.

La PC no se puede curar, no obstante, si las personas que la padecen reciben una atención adecuada que les ayude a mejorar sus movimientos, sus procesos comunicativos, que les estimule su desarrollo intelectual, que les permita desarrollar el mejor nivel de comunicación posible y que estimule su relación social, en definitiva, si se actúa sobre sus capacidades funcionales, sean residuales o no, podrán aprender mucho y llevar una vida plena.

Bajo estos patrones se inscriben una conjunto de técnicas, de las cuales, la fisioterapia y la logopedia tienen una relevancia crucial para la rehabilitación de las personas con parálisis cerebral y otras encefalopatías afines, siempre que estén aplicadas por profesionales cualificados podrán ser altamente efectivas. En la actualidad el modelo biopsicosocial y ecológico de la discapacidad está generando cambios importantes en la forma de planificar las intervenciones, introduciendo en las mismas la centralidad de los entornos en la vida de la persona.